CANCIÓN
Arriba, bravos jacetanos.
Corred prestos a la pelea;
que miles de moros ufanos
buscan de Jaca la presea.
Cansad vuestros brazos de herir;
al invasor no déis cuartel;
con gloria vencer o morir;
conquistad eterno Laurel.
Jaca libre sabe vivir
a la sombra del monte Oroel.
CODA
¡Viva España! ¡Viva Aragón!
Marchad alegres sin desmayo;
celebrad el Viernes de Mayo;
unid Progreso y Tradición…
Guardad el secular Laurel,
bravos, al vencer o morir.
Jaca libre sabe vivir
a la sombra del monte Oroel.
¡Arriba!,bellas jacetanas.
Dejad luego vuestras labores;
que bravas las huestes cristianas
luchan por Jaca con honores.
Huid, moros,por el confín,
al resplandor de este tropel.
¡Victoria! es el grito viril
del valiente pueblo jaqués.
Jaca libre sabe vivir
a la sombra del monte Oroel.
(A la Coda)
Ya vuelven huestes victoriosas.
Corred prestos a la muralla;
en lanzas las cabezas moras
dicen trofeos de batalla.
Mostrad vuestro aliento viril;
al Conde Aznar debéis laurel;
con gloria proclama el clarín
el valor del pueblo jaqués.
Jaca libre sabe vivir
a la sombra del monte Oroel.
(A la Coda)
Música: Josep Lluís Ortega Monasterio / Letra: Eugenio Villacampa. 1955
HISTORIA:
Sobre el año 758 las tropas musulmanas intentaron conquistar la ciudad de Jaca en un episodio más de la conquista global de la península Ibérica.
En el amanecer del primer viernes de Mayo de aquel año se libró una gran batalla en las afueras de la ciudad, en la que un reducido ejercito cristiano se enfrentó a miles de musulmanes. Los jacetanos, dirigidos por el conde visigodo Aznar Galíndez, aguantaron el tipo con escasísimos medios y un valor épico.
Al mediodía, cuando todo hacía presagiar lo peor, las mujeres jacetanas, que aguardaban en sus casas, decidieron acudir al campo de batalla armadas tan sólo con sus utensilios domésticos.
El reflejo de los rayos del sol sobre sus rudimentarias herramientas y las hojas de boj que les cubrían provocaron el pánico en el rival. Los moros creyeron ver a lo lejos la llegada de nuevos ejércitos cristianos y huyeron.
El regreso a Jaca se convirtió en una fiesta. Portando las cuatro cabezas de los jefes del ejercito moro, los jacetanos celebraron la victoria y su libertad.
Desde entonces, cada primer viernes de Mayo la ciudad revive el acontecimiento y cientos de ciudadanos se visten con trajes de la época para participar en un desfile multitudinario.
En la fiesta conviven la realidad y la leyenda sin saber bien a que ceñirse en cada episodio. Alfonso X "El Sabio" recogía el suceso en el IV Libro de su "Grande y General Historia", aunque no contribuía a disolver las dudas sobre la fecha exacta en que se produjo.
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